martes, 24 de marzo de 2020

Ciencias Sociales 5° A, B y C

Hola chicas y chicos, acá les dejo una actividad para seguir nuestro trabajo con la Revolución Industrial. Cualquier duda me preguntan en edmodo o a mi mail maestranela@gmail.com.


Panorama de la ciencia y la tecnología hacia 1810
A principios del siglo XIX una de las principales fuentes de energía era la hidráulica, es decir, la basada en el aprovechamiento de las corrientes de agua. La mayor parte de los dispositivos empleados constaba de paletas que giraban alrededor de un eje horizontal y que requerían corrientes intensas para ser movidas.
También, en los molinos, se empleaba la energía eólica, proporcionada por el viento. Aunque la existencia del primer molino se remontaba a mil años atrás, en estos años comenzó a imponerse una innovación fundamental: el timón o "cola", que lograba que el propio molino se orientara por sí mismo según la dirección del viento. Hasta entonces, había sido necesario girar manualmente el molino alrededor de su soporte para lograr que las aspas enfrentaran al viento; el nuevo timón automatizó esa acción.

A fines del siglo XVIII la máquina de vapor comenzó a desplazar a las otras fuentes de energía. En los primeros años del siglo siguiente apareció un nuevo modelo que comenzó a ser empleado como motor para transmitir movimiento a otras máquinas. Había sido inventado por un joven escocés llamado James Watt (1736-1819), hijo de un carpintero, que en su trabajo como ayudante de laboratorio había planteado una serie de reformas a la máquina de vapor anterior, patentada por el ingeniero inglés Thomas Newcomen (1663-1729). Constantemente perfeccionada, la máquina de vapor se utilizó durante décadas, hasta la invención del motor eléctrico.
El empleo del vapor fue una pieza clave del extraordinario desarrollo conseguido durante este período identificado, precisamente, como Revolución Industrial.
En la Europa de 1810 se encontraba en pleno auge la mecanización. Su máximo esplendor se dio en Inglaterra, que ganó un lugar de vanguardia en la actividad industrial en el siglo XVIII. Otros países intentaron acercársele y fomentaron un desarrollo semejante: Napoleón, por ejemplo, ofreció un premio de un millón de francos a los constructores franceses para que aportaran ideas para construir maquinaria.
A fines del siglo XVIII, con la aplicación de la energía hidráulica a los procedimientos industriales, surgieron las fábricas, llamadas hasta entonces molinos. En las fábricas se reúne en un espacio limitado a una gran cantidad de trabajadores, que hacen uso de diversas máquinas, cuyo número no cesa de crecer. El trabajo se fragmentó, y cada sector se hace cargo de una etapa distinta. El ritmo es ahora impuesto por las máquinas.
En términos de la organización de la producción, el trabajo en las fábricas representa un desarrollo, pues se hace más sencilla la recolección de la materia prima, se facilita la distribución de los productos terminados y se fomenta la especialización en los conocimientos.
El ingeniero francés Claude Chappe (1763-1805) y su hermano Ignace concibieron un ingenioso procedimiento para transmitir mensajes. Sus telégrafos ópticos habían probado su eficacia en varios circuitos construidos a lo largo de Francia. Cada aparato constaba de piezas articuladas que se montaban en lugares de buena visibilidad; modificando la posición de las piezas se representaban letras diferentes. Un operador "leía" el mensaje del aparato que le precedía y lo transmitía al próximo. Cada aparato estaba separado del siguiente por varios kilómetros.
En 1810 se utilizaban modelos muy perfeccionados del telégrafo óptico original. Algunos incluían mejoras no sólo en sus aspectos mecánicos (es decir, el "hardware") sino también en el código empleado (el "software").

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AVANCES
CARACTERÍSTICAS


Nuevas Energías

 


Máquina a vapor


Telégrafo de Chappe


Fábricas