martes, 24 de marzo de 2020

24 de marzo


¡Hola a todos y todas!
Este 24 de marzo nos encuentra en nuestras casas y sin poder realizar el acto de conmemoración que teníamos previsto para esta fecha tan importante. Sin embargo, como no queremos dejar pasar este día, les proponemos que cada uno desde su casa mire  algunos de estos materiales en relación al Día de la Memoria, Verdad y Justicia que les compartimos a continuación.

La asombrosa excursión de Zamba a la Casa Rosada

 “¿Y por qué no les gusta la democracia?”, le pregunta Zamba a Jorge Rafael Videla durante su excursión por la Casa Rosada. El capítulo apuesta a explicarle el período a quienes nacieron en tiempos democráticos. El recorrido de Zamba indaga en las causas y los hechos ocurridos durante la última dictadura. Junto con Niña y el Niño que lo Sabe Todo, Zamba conoce a los integrantes de la Junta Militar, una mirada sobre algunas causas y consecuencias de la dictadura y la vuelta a la democracia.





El golpe y los chicos de Graciela Montes

“Algunas personas piensan que de las cosas malas y tristes es mejor olvidarse. Otras personas creemos que recordar es bueno; que hay cosas malas y tristes que no van a volver a suceder precisamente por eso, porque nos acordamos de ellas, porque no las echamos fuera de nuestra memoria.
Es el caso de la historia que vamos a contar aquí, algo que pasó en nuestro país hace ya muchos años, cuando todos éramos más jóvenes y muchos de los que están leyendo estas páginas ni siquiera habían nacido.
No es una historia fácil de contar justamente por eso, porque nosotros mismos fuimos protagonistas, porque lo que pasó nos pasó a nosotros y no a otras personas, porque son cosas que vimos con nuestros ojos, que vivimos en nuestro cuerpo.
El 24 de marzo de 1976 hubo un golpe de Estado.
Un golpe de Estado es eso: una trompada a la democracia. Un grupo de personas, que tienen el poder de las armas, ocupan por la fuerza el gobierno de un país.
Toman presos a todos: al Presidente, a los diputados, a los senadores, a los gobernadores, a los representantes que el pueblo había elegido con su voto, y ocupan su lugar. Se convierten en dictadores. A los amigos los nombran intendentes, jueces, ministros, secretarios... así todo queda en familia. Se sienten poderosos y gobiernan sin rendirle cuenta a nadie.
Aunque, por supuesto, como no les gusta que los vean como a ogros, siempre explican por qué dieron el golpe. Por lo general dicen que es para "poner orden" en un "país desordenado". Sólo que ponen las cosas donde a ellos les conviene. Como no creen en la democracia, tampoco creen en la opinión de las personas. Son tan soberbios que consideran que los únicos que saben lo que le hace falta al país son ellos y nadie más que ellos. Pero como en realidad no saben, y tampoco tienen costumbre de pensar ni de reflexionar demasiado, terminan haciendo estropicios y siempre pero siempre dejan al país un poco o mucho peor de cómo estaba.
En esos casos, las Fuerzas Armadas, que recibieron las armas para defender a los ciudadanos en caso de ataques extranjeros, las usan para golpear la democracia.
Y ciertos grupos de civiles -los que no tienen ningún interés en los gobiernos democráticos- los incitan, los apoyan y los aplauden.
En la Argentina hubo varios golpes de Estado antes del que vamos a contar aquí. (...) No fueron todos iguales, ni se produjeron en iguales circunstancias, pero todos desconocieron la Constitución, todos fueron un mazazo a la democracia. Y los argentinos, atontados con tanto golpe, terminamos pensando que era más o menos normal que cada tanto llegaran unos tipos con tanques y ametralladoras y se instalaran en la Casa Rosada.
Pero ninguno de esos golpes puede compararse con el que recordamos hoy, (...) Lo de 1976 y lo que sucedió después fue lo peor que nos haya pasado jamás en toda nuestra historia. (...).