¡Hola a todos y todas!
Este 24
de marzo nos encuentra en nuestras casas y sin poder realizar el acto de
conmemoración que teníamos previsto para esta fecha tan importante. Sin
embargo, como no queremos dejar pasar este día, les proponemos que cada uno
desde su casa mire algunos de estos materiales
en relación al Día de la Memoria, Verdad y Justicia que les compartimos a
continuación.
“¿Y por qué no les gusta la democracia?”, le
pregunta Zamba a Jorge Rafael Videla durante su excursión por la Casa Rosada.
El capítulo apuesta a explicarle el período a quienes nacieron en tiempos
democráticos. El recorrido de Zamba indaga en las causas y los hechos ocurridos
durante la última dictadura. Junto con Niña y el Niño que lo Sabe Todo, Zamba
conoce a los integrantes de la Junta Militar, una mirada sobre algunas causas y
consecuencias de la dictadura y la vuelta a la democracia.
El golpe y los chicos de Graciela Montes
Es el caso de la historia que vamos a contar aquí, algo que pasó en
nuestro país hace ya muchos años, cuando todos éramos más jóvenes y muchos de
los que están leyendo estas páginas ni siquiera habían nacido.
No es una historia fácil de contar justamente por eso, porque nosotros
mismos fuimos protagonistas, porque lo que pasó nos pasó a nosotros y no a
otras personas, porque son cosas que vimos con nuestros ojos, que vivimos en
nuestro cuerpo.
El 24 de marzo de 1976 hubo un golpe de Estado.
Un golpe de Estado es eso: una trompada a la democracia. Un grupo de
personas, que tienen el poder de las armas, ocupan por la fuerza el gobierno de
un país.
Toman presos a todos: al Presidente, a los diputados, a los senadores, a
los gobernadores, a los representantes que el pueblo había elegido con su voto,
y ocupan su lugar. Se convierten en dictadores. A los amigos los nombran
intendentes, jueces, ministros, secretarios... así todo queda en familia. Se
sienten poderosos y gobiernan sin rendirle cuenta a nadie.
Aunque, por supuesto, como no les gusta que los vean como a ogros,
siempre explican por qué dieron el golpe. Por lo general dicen que es para
"poner orden" en un "país desordenado". Sólo que ponen las
cosas donde a ellos les conviene. Como no creen en la democracia, tampoco creen
en la opinión de las personas. Son tan soberbios que consideran que los únicos
que saben lo que le hace falta al país son ellos y nadie más que ellos. Pero
como en realidad no saben, y tampoco tienen costumbre de pensar ni de
reflexionar demasiado, terminan haciendo estropicios y siempre pero siempre
dejan al país un poco o mucho peor de cómo estaba.
En esos casos, las Fuerzas Armadas, que recibieron las armas para
defender a los ciudadanos en caso de ataques extranjeros, las usan para golpear
la democracia.
Y ciertos grupos de civiles -los que no tienen ningún interés en los
gobiernos democráticos- los incitan, los apoyan y los aplauden.
En la Argentina hubo varios golpes de Estado antes del que vamos a
contar aquí. (...) No fueron todos iguales, ni se produjeron en iguales
circunstancias, pero todos desconocieron la Constitución, todos fueron un
mazazo a la democracia. Y los argentinos, atontados con tanto golpe, terminamos
pensando que era más o menos normal que cada tanto llegaran unos tipos con
tanques y ametralladoras y se instalaran en la Casa Rosada.
Pero ninguno de esos golpes puede compararse con el que recordamos hoy,
(...) Lo de 1976 y lo que sucedió después fue lo peor que nos haya pasado jamás
en toda nuestra historia. (...).